Sexta y última etapa de esta edición de la Titan Desert.
Ahora cuando han pasado unos días parece que todo ha sido más sencillo y fácil de lo que fue, pero hay que darle su justo valor.
Quizás mi forma de afrontar estas cosas sea la que hace parecer que todo es mucho más facil y menos meritorio pero os puedo asegurar que he tenido malos ratos e incluso algunos muy malos.
La cabeza es la que te dice que no tiene sentido reventarte contra el viento para apenas poder rodar a 12-13 km/hora, cuando a esa media llegar fuera de control, pero esa misma cabeza es la que te hace ser paciente y saber que el recorrido va a girar en algún momento y ganarás esa velocidad que te va a hacer llegar sin problemas otro día más
En eso sí he notado la experiencia de la MDS 09 y bastantes bikers mejor preparados y con mejores condiciones que yo han entrado después o incluso no han podido algún día.
Este sexto día empezó con una tormenta de arena de noche que hizo imposible poder dormir a todo el campamento. El viento era muy fuerte y al estar pegados a las dunas la arena esa tan tan fina se metía por dentro de todas las haimas y no podíamos dormir. Metidos debajo de las sábanas, tapados hasta los ojos con los Buff y la arena entraba por cualquier rincón. Creo que nadie fue capaz de dormir más de 2-3 horas en toda la noche
Para colmo sobre las 2:00 horas se nos cayó la haima y el palo que sujeta los transversales me dió en la cabeza y me dejo con un chichón que una semana después aún tengo y me duele.
Si me llega a pillar la nariz o en la frente...
Y al empezar la etapa, de nuevo nuestro "amigo" el viento. Apenas eran 60 Kms hasta llegar a Maadid y acabar la prueba pero el cierre de control unido al viento hicieron que las 2-3 primeras horas fueran muy muy tensas. Todo el mundo buscando a alguien para protegerse y poder aguantar porque era difícil llegar a 12 km/hora y así hasta que volvimos a cambiar de rumbo y pudimos recuperar algo.
Estaba tenso esa etapa. Temeroso de algún problema mecánico porque no había tenido ni un pinchazo en los 5 días anteriores y me parecía demasiada buena suerte.
Al final, esquivando botes, alguna botella de cristal y pedaleando muy suave en los trozos de arena suelta llegué sin problemas a la meta, me quité el maillot y me puse la camiseta que me hicieron mis hijos y estaba preparada para este día.
Ese rato de acabar una prueba es muy emocionante, te acuerdas de muchas cosas, gente, momentos que has pasado, cosas que quisieras haber hecho... y la balanza siempre dice que merece la pena hacer cualquier cosas que te propongas.
Eso de leer los mensajes en distintas redes sociales que me llegaban era una de las cosas que más repasaba mientras iba en la bici, eran tan estimulantes como los dátiles o los geles que sistemáticamente hay que tomar para no pillar alguna pájara, así que parte importante de acabar esto bien sois todos vosotros. Muchas gracias por ese apoyo!!
